Hongos que reaccionan al tacto
La novedad y característica excepcional de un sitio o zona geográfica puede ser atractivo geológico de estudio, investigación y conocimiento. Esto involucra serios componentes que al integrarse, complementan el valor geológico con aspectos del entorno y lo convierten en algo único.
Como bien se plantea en la nomenclatura para denominar sitios de interés geológico, el hecho corresponde a una serie de aspectos que se unen y se complementan durante los procesos de investigación y definición de un lugar determinado, el cual desde sus inicios puede representar un atractivo puntual en la óptica escénica, pero que a medida que avanzan diversos trabajos de evaluación, investigaciones y ensayos, permite potenciar el sitio o zona en su justa dimensión ya que en este caso la parte visual es importante y cuando se descubren detalles sobre su historia, formación y en epecial sobre su valor interno, compromete al investigador, al visitante y sobretodo a las autoridades para mantener políticas de salvaguarda.
La designación de cualquier sitio, zona o región como de interés geológico implica el conocimiento contínuo de su geodiversidad que incluye novedades geológicas, tectónicas paleontológicas que incrementan considerablemente su valor y el empoderamiento por parte de los visitantes.
Lo anterior plantea grandes tareas en el ámbito de la investigación científica aplicada y consecuente de los elementos que se encuentren dentro de sus fronteras o límites establecido como alcance. Es por ello que la valoración y designación impide juicios apresurados ya que se deben contemplar elementos y aspectos que se proyecten en el tiempo así como su impacto en el desarrollo económico en armonía con el entorno natural.
El geoturismo hacia lugares naturales con un valor escénico importante, plantea tareas y mecanismos que deben abordarse con seriedad para garantizar un equilibrio que ayude a una sostenibilidad en el tiempo.