PALEOCAUCE LA MESA Y REDUCTO LACUSTRE
La Mesa
Es un sector dentro del Valle-Planicie Macaracas que registra una topografía plana acompañada de numerosos drenajes y quebradas que conducen al Río La Villa. Este sector, se localiza en la Región Central de la República de Panamá y forma parte de la cuenca del río La Villa.
La existencia del Paleocauce y Reducto Lacustre La Mesa en el Plioceno1, supone un conjunto de eventos tectónicos y ambientales que impactaron la región en las postrimerías del Mioceno e inicio del Plioceno como marco histórico geológico y estratigráfico. La incidencia geológica de este fenómeno, apunta a la importancia de un mejor entendimiento de las formaciones de la zona y definición de los orígenes para escalar sus características hidrogeológicas hacia otros escenarios.
RESUMEN
Aun cuando el concepto general sobre La Mesa es que se ubica dentro del cinturón mineralizado de Azuero, realmente el origen es posterior a cualquier fenómeno o proceso mineralizante ocurrido en la zona. El presente estudio y registro de datos sobre el sector de La Mesa de Macaracas, en la provincia de Los Santos, pretende formalizar las diferentes inquietudes geológicas que a lo largo de los reconocimientos de campo, han ido apareciendo en complemento con resultados de trabajos y observaciones desarrolladas durante un lapso del proyecto Estibaná.
Los paleocauces son cuerpos o fracciones de cauces antiguos abandonados por fenómenos de sequias o cambios en la tectónica regional que impactaron la dinámica y geometría de un río. Estos cuerpos pueden ser abiertos o finalmente cubiertos por otros sedimentos que los convierte en potenciales reservorios de aguas subterráneas, depósitos minerales entre otros. Estos cuerpos o formaciones pueden formarse y encontrarse en cuencas hidrógráficas que durante su desarrollo y consolidación han experimentado deformaciones y cambios geomorfológicos significativos motivados por la actividad tectónico-volcánica en combinación con fenómenos ambientales climáticos de alto impacto.
El reconocimiento regional apunta al fortalecimiento del concepto genético de este sector y sus posibles implicaciones en el campo de la geología, hidrogeología y el comportamiento de las aguas subterráneas; se han incorporado estudios y registros subterráneos de pozos perforados, para estructurar una referencia con las unidades o rocas existentes a profundidad, también con los reconocimientos superficiales de campo, así como exploraciones geológicas aledañas que coadyuvan la hipótesis de la formación de La Mesa durante procesos tectónicos y paroxismo geológico ocurridos en las postrimerías del Mioceno. Es importante señalar que durante las exploraciones geológicas desarrolladas en la región central y Azuero, se identificaron numerosoas ocurrencias minerales con alteraciones hidrotermales asociadas al cinturón mineralizado de Azuero. Aquí se encuentran paquetes de rocas daciticas fuertemente mineralizadas cuya datación apunta a unos 67.46 Ma asociadas al Cretácico Superior [ Finales del Campaniano] de igual manera se han hecho datación en rocas intrusivas que complementan los elementos de referencia. El modelo geológico apoyado con diversos estudios de geofísica ha permitido fortalecer el concepto de la existencia de un paleocauce y reducto lacustre en el sector denominado La Mesa; extrapolando fenómenos y elementos externos, que coinciden con los actuales depósitos de secuencias sedimentarias no consolidadas reconocidas en este sector.
La crisis del recurso hídrico a nivel nacional ha incrementado la perforación de pozos en las últimas décadas, con énfasis en la región central de Azuero, donde las precipitaciones son variables y afectan significativamente el volumen de agua superficial disponible durante la época seca. Aún así, los programas para abastecimiento y perforación de pozos continúan sin una clara definición o caracterización de los acuíferos. Por eso es importante mejorar el conocimiento de las unidades geológicas y sus características hidrogeológicas previas, para fortalecer la capacidad de identificar cuerpos de agua que permitan un desempeño eficiente. El Paleocauce La Mesa y su modelo hidrogeológico de comportamiento ayudará a implementar metodologías similares en otras áreas de riesgo y necesidad hídrica. En Panamá, se acrecienta la necesidad de impulsar nuevas metodologías en la búsqueda, explotación y administración de reservorios de agua para el abastecimiento eficiente, por lo que mejorar los procesos de detección y definición de estos acuíferos mediante estudios geológicos, constituye un reto impostergable ante el desarrollo de programas masivos de perforaciones, lo cual limitará de manera considerable los riesgos y fallos durante estos procesos. También, aumentará la capacidad de diagnóstico sobre el comportamiento, la vida útil, así como el uso de medidas preventivas contra contaminaciones.
El objetivo principal es mostrar la existencia de nuevos elementos geológicos en el marco de un reconocimiento regional que sin dudas apunta al fortalecimiento del concepto genético de este sector y sus posibles implicaciones en el campo de la geología, hidrogeología y el comportamiento de las aguas subterráneas.
Qué es La Mesa y dónde se localiza?
Por muchos años, este sector ubicado en el centro de la peninsula mayor central panameña, se caracteriza por tener una morfología suave y plana como parte importante de un gran “valle-planicie” que se extiende desde las riveras centrales del río La Villa y alcanza gran parte de la cuenca media y baja del río Estibaná, importante afluente por lo que su orígen y desarrollo se asocia como un elemento de interés dentro de esta región central. Por esta razón histórica y morfológica los primeros pobladores de esta región denominaron a este sector La Mesa dado su aspecto visual y físico. También porque aún su parte central, sigue siendo un sitio que registra diversos usos comúnes en distintas épocas del año. Inicialmente se utilizó para pastoreo de animales vacunos y caballar, de igual manera sirvió en muchas ocasiones como pista de aterrizaje para comercio y comunicación hasta la llegada de vias terrestres. Hoy en día, el llano imponente y plano con muy pocos árboles, sigue siendo de uso comunitario en honor a su nombre.
LOS FALLAMIENTOS EN AZUERO
La condición geológica de la península de Azuero, esta fuertemente influenciada por los movimientos tectónicos que dieron inicio al surgimiento del istmo panameño, por consiguiente, en este sector del país encontramos una gran variedad de rocas efusivas, fragmentarias e intrusivas producto de los complejos movimientos y desplazamientos diferenciales originados en la corteza oceánica desde Nazca y Cocos en complemento a los procesos orogénicos que venían evolucionando desde inicios del Cretácico con el surgimiento de la cadena montañosa andina. Esta característica ha dejado claras evidencias sobre la corteza continental y rastros de un proceso sistemático de presiones provenientes desde el Sur y que en complemento se han encontrado y combinado con otros esfuerzos tensionales de direcciones contrarias (SE), para fracturar deformar regionalmente en un proceso epirogénico, todos los cuerpos rocosos consolidados sobre la superficie.
Los fallamientos primarios surgidos en el choque de la placa del Caribe [PC ] y las placas antes mencionadas [PNYC], han permitido el desarrollo de sectores y zonas muy particulares; algunas activas, otras en aparente reposo desde el punto de vista sísmico. Es muy prudente incluir aquí también, la presencia de un volcanismo fluido constituido principalmente por material basal, máfico cuyo ascenso a la superficie usó como conducto inicial a las fracturas y fallas regionales profundas; que luego declina a finales de Mioceno cuando se experimenta un ascenso continental y consolidación del istmo. [Mapa geológico]. La razón del descenso de las intensidades y erupciones volcánicas hacia el Mioceno se atribuye a que tenga como factor determinante el hecho de que la joven y liviana plataforma continental, no resistía ante las presiones desde el Sur y mas bien ascendía obligando a la corteza oceánica avanzar sin mayores obstáculos y los procesos convulsivos que pudieran generar sismos o vacíos como elementos compensatorios para el ascenso del magma fueron insuficientes y decadentes.
La conformación de los grupos geológicos de rocas en distintas Epocas y Períodos, muestra el complejo proceso de formación del istmo en este sector donde encontramos lapsos en reposo y procesos volcanoclásticos posteriores y/o durante su consolidación [Formación Pese, Formación Macaracas- Changuinola]. ( figura/ foto de secuencia).
El Oligoceno se caracteriza por los grandes procesos de orogénesis que a nivel del continente se evidencia en las últimas fases andinas que igualmente lograron marcar influencias en la región del istmo. Se estima que desde inicios de Cretácico hasta finales del Oligoceno, se registraron numerosos ciclos de subducción generando compresión y un engrosamiento gradual de la corteza oceánica que provocó el levantamiento de la cordillera andina. Estos cambios estructurales y morfológicos de la corteza igualmente provocaron cambios bioclimáticos al igual que movimientos diferenciales en las placas de Nazca y Cocos. [Yi-Wei Chen]. Estas consideraciones guardan una relación directa con los fenómenos y transformaciones registradas a nivel del istmo y en especial en la parte central, cuando encontramos cuerpos intrusivos y rocas volcánicas asociadas a edades tempranas dentro de este lapso de transformaciones tectónicas.
ASPECTOS RELEVANTES DE LAS EXPLORACIONES
Para el desarrollo y proyección de numerosos trabajos sobre la corteza terrestre, la exploración y estudios geológicos constituyen la piedra angular en el entendimiento de las condiciones y características de los distintos grupos de rocas y regiones especiales por su morfología.
La geología como ciencia tiene un vasto universo de aplicaciones y para nuestro país, algunas de ellas han sido aplicadas para entender las características de sitios especiales como lo fue la ruta del canal interoceánico, los prospectos minerales y materiales para la construcción y otros, en menor escala.
Cada área, ha tratado de resolver sus necesidades básicas aunque existen numerosas interrogantes que quedan por resolver no menos importantes.
En general las exploraciones de campo y la identificación de afloramientos, se pueden encontrar nuevos elementos y nuevos tipos de rocas en nuestros recorridos que estarán sujetos al nivel de interés y la escala de los reconocimientos. En todo caso, el registro digital referenciado de cada sitio, muestras, fotos y análisis de las rocas, son importantes herramientas de apoyo que permiten agilizar el trabajo, así como las proyecciones de los hallazgos.
En el caso específico de la región central panameña, durante los reconocimientos realizados y trabajos desarrollados, se observaron aspectos de mucho interés geológico que permitieron sugerir cambios en los límites entre formaciones geológicas debido a que en campo se logró confirmar la presencia de algunas rocas en nuevos sitios y ausencia de las mismas en otros, anteriormente sugeridas en el mapa geológico nacional. Es importante señalar aquí, que este mapa geológico se elaboró bajo criterios y escala distinta a las exploraciones actuales por lo que, nuevos elementos ayudarán a mejorar el nivel de detalles en algunas áreas o regiones.
ELEMENTOS RELACIONADOS
En las explicaciones sobre la distribución de los grupos de unidades geológicas y morfología, se introduce el término de ‘Valle-Planicie’ para designar aquella ‘depresión colgada’ que se registra en la topografía de la zona y que experimentó posibles movimientos ascendentes retardados respecto a las unidades geológicas volcánicas que conforman las cordilleras de cerros y montañas de la periferia alta en la subcuenca Estibaná, así como en los límites con el río La Villa. Cabe destacar que se conjugan aquí elementos tectónicos como fallas regionales y locales, al igual que procesos que dan posibilidad a la existencia de un cuerpo de agua compuesto por escorrentías proveniente de las elevaciones y alimentado por reflujos marinos desde las depresiones ocasionadas por fallas regionales y el ascenso tardío de la parte costera peninsular Este. (ver mapa) El posible cuerpo de agua retenido, durante la regresión marina de la época, permitió la deposición de material sedimentario en combinación con emanaciones volcánicas en algunos sectores bajos de esta subcuenca.
Este proceso de cambios, fue muy complejo ya que los movimientos tectónicos motivaron cambios drásticos en afluentes y cauce principal del río La Villa. Esta posibilidad se sustenta en primer lugar por los análisis de la topografía de la zona, la conformación geomorfológica de la barrera que separa al río La Villa respecto al Tebario y Estibaná, así como la secuencia de fracturas que actualmente presentan ciertos tramos de sus cauces principales.
En el sector de La Mesa, se desarrolló la perforación PEE-3, y durante los muestreos realizados, se encontraron fragmentos de rocas silicificadas y mineralizadas como parte de secuencias sedimentarias no consolidadas atravesadas por dicha perforación. Estos fragmentos subredondeados en combinación con material arenoso y arcillas conforman un prototipo de perfil estratigráfico que sugiere la existencia de un ‘paleocauce’ y en gran medida la respuesta a los ensayos de geofísica desarrollados por el doctor Alexis Mojica y su equipo reafirman la condición de este sector.
Ubicación de sitios con rocas daciticas minerlizadas, dentro de la cuenca del río La Villa.
Solo el arrastre masivo de escombros y sedimentos provenientes de las cumbres erosionadas mineralizadas, pudo transportar estos fragmentos y ubicarlos espacialmente fuera del contexto geológico que corresponde a los procesos ocurridos durante el Mioceno. Los residuos aluviales en la posible gran cuenca de Macaracas experimentaron un lapso considerable de eventos sísmicos, orogénicos, epirogénicos, así como de una considerable calma que permitió la diferenciación y acumulación de las partículas en lo que hoy es el sitio de La Mesa.
Este eslabón plantea otras interrogantes como la conformación del mismo Valle-Planicie Macaracas y las diferentes formaciones rocosas que lo conforman. De igual manera la cronología estratigriáfica que en su momento deberá ser asistida por programas de investigación multidisciplinario incluyendo datación de rocas y secuencias. Por el momento se entiende que el proceso de formación se define por las evidencias que se tienen en las cercanías de La Mesa, pero que igual podrá escalarse hacia otras regiones más complejas.
En adelante, se muestra una gráfica que ilustra la descripción de un perfil estratigráfico que resulta común en laderas erosionadas sobre el cauce de la quebrada La Mesa, principal conducto de las últimas erosiones de esta reducto lacustre.
El sitio del Perfil 64, representa la referencia mas clara de la existencia de un cauce antiguo derivado del río La Villa que por largos períodos permitió la acumulación de secuencias aluviales, mismas que durante la perforación del pozo de exploración PEE-3 en el centro de La Mesa, permitió confirmar similares secuencias y además en sus estratos profundos se logró encontrar una serie de fragmentos mineralizados y silicificados similares a los descritos en el estrato 1 del Perfil 64. Las muestras tomadas de este perfil fueron analizadas en laboratorio donde los ensayos de límites, plasticidad y granulometría aportaron datos de singular interes que se utilizarán para hacer comparaciones con ensayos de sísmica y la respuesta de los estratos.
Las características litológicas y minerales de una serie de sitios que mantienen una coincidencia con los fragmnetos identificados en La Mesa representan un eslabón importante para complementar el concepto de Paleocauce. A pesar de que la cuenca alta y media del río La Villa se encuentran dentro del cinturón mineralizado de Azuero, los sitios 5 y 6, con sus fragmentos mineralizados, responden a un proceso acumulativo aluvial proveniente probablemente en su mayoría de los sitios aguas arriba.
En adelante, se presentan algunas muestras tipicas de cada sitio en conjunto con sus características mas relevantes de tal manera que sirvan para establecer una correlación de el alcance en cuanto a la similitud existente por lo que se establece un origen común a pesar de encontrarse distantes.
La Mesa, es un sector dentro del Valle Planicie – Macaracas caracterizado por una topografía plana acompañada de numerosos drenajes que conducen hacia quebradas que alimentan el río La Villa y el río Tebario. Aquí se perforó un pozo de exploración PEE-3 que registró a profundidad fragmentos silicificados y mineralizados que se muestran en la foto anterior.
En un sector hacia el Este de La Mesa, encontramos numerosos drenages y cauces temporales que conducen al río La Villa, en los perfiles del terreno se deja ver una secuencia estratigráfica no consolidada de fragmentos rocosos y arenas en su mayoría mineralizados con óxidos y silice.
Es un grupo de prominentes elevaciones sobre el cauce medio del rio La Villa, que registra una fuerte mineralización y alteración hidrotermal silícea, acompañada por reductos de brechas con altos niveles de óxidos de hierro (hematita) y anomalía de arsénico.
En sitios como La Gloria, El Cañafistulo, además de Bejucosa encontramos un corredor mineralizado con altos niveles de alteración sílicea sucrósica y argílica en rocas daciticas, con presencia de cuellos de brechas y abundantes óxidos dada la presencia de sulfuros en el sistema hidrotermal que las afectó.
Es un sector de alta montaña en la provincia de Herrera y dentro de la cuenca del río La Villa que registra un vasto sector de zonas mineralizadas y alteradas con predominio de rocas daciticas fuertemente silicificadas y brechadas.
En las referencias gráficas, asociadas a las rocas predominantes en los diversos prospectos minerales localizados en las cabeceras del río La Villa, se puede observar claramente aspectos relacionados con el tipo de rocas, la mineralización y alteración predominante en cada una de ellas. De igual manera, estas características geológico-minerales, se han encontrado en la secuencia sedimentaria atravesada por la perforación PEE-3 en La Mesa, así como en fragmentos similares que se han encontrado e identificado en diversos sitios hacia el Este de La Mesa en especial sobre taludes [Sitio 64] y drenajes que muestran claramente que estos fragmentos fueron transportados por eventos aluviales provenientes del cauce del río La Villa durante grandes avenidas en combinación con fenómenos tectónicos y erosivos ocurridos posiblemente a finales del Plioceno. Este tipo de arrastre conjuntamente con un proceso erosivo intenso es propio de los efectos secundarios provocados por sismos y ciclos de precipitaciones masivas durante largos períodos. Para que esto pueda suceder, debió existir un antiguo cauce o planicie anegable para depositar estos fragmentos provenientes de estos sitios antes mencionados, que además la deposición de grandes volúmenes de material, produjo una diferenciación estratigráfica de fragmentos subrredondeados. ( ver mapa de localización, fotos y perfil 64).
En el análisis de los datos colectados durante los reconocimientos de campo, así como de trabajos complementarios, se ha fortalecido la hipótesis de una afectación tectónica que provocó el desvío del cauce del río La Villa durante un ascenso localizado en la intersección de la falla local (Jobo) ( hoy quebrada Virotala) y que de manera similar en la quebrada La Mesa, corresponden a reductos que drenaron el antigüo lago donde ocurrió la sedimentación de material arrastrado desde los sitios montañosos cercanos, mismos que guardan una relación directa con sectores y afloramientos mineralizados que en la actualidad se ubican en parte sobre las cabeceras así como en nacimientos de afluentes del río Tebario. Este fenómeno de desvío del cauce y la sedimentación masiva de fragmentos arrastrados, es coincidente ya que si existieron eventos tectónicos significativos en la zona, estos mismos sirvieron de vehículo para incrementar los procesos de derrumbes erosivos y aluvial en las partes altas de la cuenca de este río con el consecuente bloqueo por un ascenso del terreno que obligó así a desembocar hacia lo que hoy se conoce como La Mesa, usando otras pendientes para alcanzar luego el cauce del río La Villa. Aún se trabaja para definir la geometría y extensión subterránea de los sedimentos y otros elementos depositados ya que los fragmentos encontrados en la perforación de La Mesa ( PEE-3), mantienen una relación directa con las zonas mineralizadas mencionadas de igual manera los sedimentos descritos en el Perfil 64.
La Mesa de Macaracas, se presenta como una prolongación y remanente en el contexto montañoso que le rodea, ubicándole como un posible valle de movimientos retardados, lo que permitió la formación de un lago interno de grandes proporciones y con una posible salida parcial hacia el mar que perduró a lo largo de los procesos de ascenso del istmo y regresión marina.
CÓMO SE DESCRIBE LA MESA?
A partir de los documentos y datos colectados, se genera un prototipo de perfil geológico que integra información superficial y subterránea que sirve de guía para el establecimiento de nuevos trabajos e investigaciones mediante el uso de métodos de geofísica de los cuales se obtuvieron resultados que al mismo tiempo validaron la existencia de una secuencia no consolidada.
INVESTIGACIONES COMPLEMENTARIAS
A continuación se presentan algunas de las gráficas con resultados de cada una de las investigaciones, suministradas por el Dr. Alexis Mojica y su equipo de invstigadores.
El primer perfil corresponde a una Tomografía de Resistividad Eléctrica y se relaciona con la respuesta que cada capa registra al ser sometida a una carga eléctrica expresada en Ohm.m. La misma permite conocer el posible espesor de acuerdo a esta resistencia.
El segundo perfil, es un Sondeo Electromagnético y está relacionado con la respuesta de las distintas capas del suelo sometidas a impulsos electromagnéticos generado a partir de campos limitados sobre el terreno.
El tercer perfil, es un Sondeo Sísmico que esta relacionado igual con la respuesta de cada una de las capas del suelo ante la presencia o bajo los efectos de ondas sísmicas en especial a las velocidad de la onda S, cuya respuesta se traduce en una serie de cuerpos subhorizontales ( Capas) con características muy definidas y que además son plenamente coincidentes con el diseño geológico inicial y en especial con la descripción de campo generada a partir del perfil 64.
PORQUÉ UN PALEOCAUCE EN EL MIOCENO?
Para referencia haré una pequeña descripción de Pitaloza como prospecto mineral identificado durante los años 60’, cuando se hicieron las primeras exploraciones minerales en esta región central. Es muy característico de este sitio la presencia de rocas daciticas fuertemente mineralizadas y alteradas, de igual manera la presencia de brechas, que son cuerpos mineralizados muy comunes asociados a eventos hidrotermales sucedidos entre el Oligoceno tardío y las tempranas épocas del Mioceno [20 – 23 Ma]. Estas rocas son similares o contemporáneas a las rocas mineralizadas que se encuentran en prospectos como Cerro Quema, Peñón, Juan Días, Cerro Viejo, Oria entre otros, dentro del cinturón mineralizado en Azuero. Su composición y alteración corresponden al grupo de rocas predominantes dentro del Sistema Mineralizado Bejucosa, que además cuenta con dos pulsaciones intrusivas reconocidas. El sector circundante a La Mesa, se encuentra dominado por formaciones geológicas definidas en el mapa geológico nacional. La Formación Pesé [TO-PE], la Formación Tonosí [TOE-TO] y la Formación Venao del Cretacico Superior, [K-VE]; siendo la más antigua en la zona, se compone de basaltos, tobas y lavas almoadilladas. También se cuenta con un dominante cuerpo intrusivo El Montuoso [TK-LM] de composición granodiorítica. Estas condiciones generales, se ven afectadas por fallamientos locales que han deformado la superficie y han dejado huellas, que en la actualidad son repetidas por la gran mayoría de los cauces superficieles principales y secundarios en los ríos de la región. Por esta razón los eventos geólogo tectónico durante el Eoceno e inicios del Oligoceno, dieron paso a los procesos volcánicos que permitieron la consolidación de formaciones antes mencionadas y durante el Oligoceno tardío, procesos epirogénicos en donde el cauce del río La Villa es fuertemente afectado al igual que las elevaciones de la zona, provocando el desmoronamiento y arrastre de grandes volúmenes de material alterado y mineralizado. Esta cobertura superficial en La Mesa presenta un alto nivel de meteorización y componentes de arcilas arenosas que aún conserva y retiene la humedad superficial de aguas vadosas dado el bajo nivel de compactación de dichos sedimentos.
Este complejo sistema de basculamiento en ciertos bloques del terreno, indujeron a la formación de nuevos valles, elevaciones que subsecuentemente afectaron los cuerpos rocosos en las cercanías del cauce. Es de considerar que las condiciones ambientales imperantes para ese entonces eran mucho mas agresivas y permitieron el desarrollo acelerado de procesos erosivos en la zona. En este caso, los cuerpos mineralizados que se conocen y que están ubicados al Nor-Oeste de La Mesa (El Peñón, Pitaloza, cerro La Gloria etc.) por su condición de una alteración silicea sucrósica y contenidos de óxidos de hierro por la presencia de altos niveles de sulfuros masivos, aportaron grandes cantidades de fragmentos a las corrientes y cauces existentes, los que fueron arrastrados hacia el río La Villa. No obstante, las fracturas del terreno y desvíos causados en el sector del Peñón, marcaron la presencia y formación de escalones y finalmente un desvío temporal (miles de años) que permitió el arrastre o desborde de grandes volúmenes de sedimentos hacia el Sur Este por la falla Jobo, ayudando a un proceso de consedimentación y formación de lo que hoy se conoce como La Mesa dentro del Valle -Planicie Macaracas.
Los movimientos tectónicos posteriores, así como los desplazamientos diferenciales de los pequeños bloques, compensaron esta deformación mediante un levantamiento del bloque La Mesa con la consecuente fractura del terreno dentro del “lago”, ocasionando así la salida de las aguas hacia el río La Villa a su cauce actual. Huellas de este fenómeno, se pueden observar en los cauces de quebrada La Mesa, quebrada Caballo, quebrada Virotala y el mismo río Tebario cuyos alineamientos se asocian a fracturamientos locales.
En gran medida los perfiles geológicos y resultados obtenidos en geofísica complementan estos planteamientos y los resultados de los perfiles electromagnéticos corroboran esto cuando en todos se definen escalones ( capas) con distinto comportamiento y que a su vez corresponden a los resultados encontrados en la perforación PEE-3, que aunque somera, refleja en gran medida la constitución del suelo en este sector. De igual manera la descripción en el perfil 64.
Es de esperar que en futuros estudios geofísicos orientados de manera transversal a los actuales trabajos, se encuentre una deposición similar que profundice la diferencia de comportamiento creciente o decreciente a partir del Sur Oeste hacia el Nor Este ( a lo largo de los perfiles geofísicos); debido a la diferencia y selección granulométrica de los materiales depositados siendo que estos más gruesos, deben ubicarse en el Oeste y las fracciones mas finas hacia el Este.
El movimiento de las aguas superficiales encuentra una estrecha relación con el tipo de superficie (roca), forma y condición, que plantea los niveles de velocidad, así como los volúmenes en un momento determinado. En relación a los cuerpos subterráneos y la movilidad de los fluidos ( agua), el comportamiento se ajusta al tipo de roca predominante, su condición y en especial la forma en que se encuentra. Basado en estas consideraciones el presente trabajo sugiere aspectos a considerar antes de proponerse programas masivos de perforaciones para mejorar la demanda o suplir una necesidad puntual. El desconocimiento de la geología superficial y en especial la disposición geológica de las distintas formaciones subterráneas, conduce a gastos aventureros de recursos que ocasionan deterioro, daños y contaminación de potenciales acuíferos, sin medir aún las consecuencias o alcance de las características de sus zonas de recarga. Cabe señalar que la experiencia y hallazgos identificados durante este trabajo, constituye un eslabón en las investigaciones futuras que marcará procesos y metodologías para acrecentar el conocimiento de la geología nacional y en especial para proyectar nuevas líneas de trabajos similares en otras regiones mas complejas. La Mesa como punto de inicio puede ser catalogado como un sitio de interés geológico [SIG], donde confluyen diversos investigadores y donde la aplicación de diversas técnicas permite esclarecer y fortalecer patrones de comportamientos.
AGRADECIMIENTOS
El logro de este trabajo corresponde a una sumatoria de esfuerzos, concentrados desde el proyecto Estibaná, que permitió integrar a diferentes profesionales para investigar sitios propuestos como de interés geológico. El acompañamiento y discuciones sobre las características de cada sitio, llevó a sustentar su importancia y motivó el seguimiento a las sugerencias presentadasmediante otras líneas de investigación.
El apoyo del Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas de la Universidad Tecnologica de Panamá. Dr. José Fabrega.
Dr. Mojica, Alexis.Estudios geofísicos CIHH Universidad Tecnológica de Panamá.
María Gabriela Castrellón, José Ladrón Guevara, Sidney Saavedra